Retiro ciclosalud Baix Empordà
¡Este fin de semana he vivido una experiencia inolvidable en mi segundo retiro de Ciclosalud, en pleno corazón del Baix Empordà, en el precioso Hotel de Mas Rabiol! Un retiro de bici, amigos, salud y buena alimentación que ha sido una recarga de energía pura. Rutas de gravel increíbles por la montaña, talleres de nutrición que me han cambiado la perspectiva, una cata de café que fue todo un descubrimiento... Todo en un entorno de naturaleza y conexión total. A continuación, te cuento todos los detalles de este fin de semana tan especial. ¡No te lo pierdas!
El primer día llegamos por la tarde, y desde el primer momento, supimos que este retiro sería especial. Gloria, con su hospitalidad única, ya tenía todo preparado para que nos sintiéramos como en casa. Al entrar, el aroma de la escudella recién hecha llenaba la casa, dándonos una cálida bienvenida tras el viaje.
Poco a poco, los chicos y chicas fueron llegando, y la sorpresa fue grande cuando encontraron un pack de bienvenida lleno de productos increíbles, todos seleccionados especialmente para el retiro. Desde aquí, quiero agradecer enormemente a nuestros patrocinadores, quienes hicieron posible que contáramos con estos productazos que nos acompañaron durante todo el fin de semana.
Iniciamos el retiro con una ronda de presentaciones, cada uno pudo compartir sus expectativas y motivaciones. Después, nos sumergimos en una charla de nutrición y deporte realmente interesante, que impartí yo. Durante esta sesión, aprendimos sobre la importancia de una correcta suplementación, qué alimentos son los más recomendados antes y después de entrenar y cómo equilibrar nuestra alimentación para mejorar el rendimiento en la bici. Una sesión clave para empezar con buen pie y sacar el máximo provecho a las rutas y actividades que nos esperaban.
El segundo día comenzó de la mejor manera posible: nos despertamos completamente descansados y listos para un desayuno espectacular preparado por Gloria y Carles. La mesa estaba llena de opciones deliciosas: bizcocho especiado, embutidos, pan con tomate, cereales, zumos naturales... Un banquete perfecto para cargar energías antes de salir con las bicis.
Ese día hicimos una ruta de 50 km con 300 metros de desnivel, ideal para conocernos mejor y disfrutar del entorno sin mucha exigencia física. Recorrimos varios pueblecitos encantadores del Empordanet, con una parada especial en Colomers de Ter (pueblo en el cual se crió Gabriel), y luego volvimos a Peratallada, un trayecto precioso que combinaba naturaleza y cultura local.
Al regresar, nos esperaba una comida de brasa espectacular, perfecta para reponer fuerzas después de la ruta. Y para sobrellevar la típica hora de la siesta, Andrés nos sorprendió con una clase magistral de café. Aprendimos sobre las diferencias entre los tipos de café, cuál tiene más cafeína, y hablamos de intensidad y concentración. La degustación de diferentes tipos fue realmente interesante y nos dejó a todos con nuevas ideas sobre esta bebida que tanto nos gusta.A mí me quedó claro que la bebida vegetal no es la mejor para el café jeje.
Para cerrar la tarde de manera perfecta, Encarna nos guió en una increíble clase de yoga que nos ayudó a relajar los músculos después del esfuerzo en la bici. Fue un momento de conexión y calma total. Y para terminar el día, disfrutamos de una cena ligera pero llena de hidratos, ideal para descansar bien y prepararnos para el día siguiente. ¡Un día redondo!
El último día comenzó de la misma manera especial que el anterior: un desayuno delicioso, con sobremesa llena de risas y conversaciones más cercanas, ya con la confianza de habernos conocido mejor durante el fin de semana.
La ruta de ese día fue un poco más exigente, con más desnivel y tramos de piedra, pero la belleza del paisaje hizo que todo el esfuerzo valiera la pena (piedrel le llamo yo cuando no es gravel y te tienes que fastidiar porque tampoco puedes volver..jeje) . Pedaleamos por senderos increíbles, desafiando nuestros límites, y aunque hubo algún que otro susto en el camino, la experiencia fue realmente preciosa. La combinación de la naturaleza y el compañerismo que se generó entre nosotros hizo que la jornada fuera inolvidable.
Al regresar, nos esperaba el último pica pica juntos, un momento especial para compartir anécdotas, risas y recuerdos del fin de semana. No faltó un pequeño discurso emotivo, donde las palabras sacaron más de una lágrima al recordar lo vivido y el cariño que se había formado en tan poco tiempo. Fue la despedida perfecta para un retiro que quedará grabado en la memoria de todos nosotros.
¡Qué gran fin de semana!
Por seguir sumando experiencias juntos,
Con mucho cariño siempre,
Cristina S.